Mi querida Anna.
Le escribo esta carta con mis más íntimos
sentimientos sacados desde lo más profundo de mi corazón, porque la estuve
observando mucho estos últimos días y finalmente tuve la valentía de escribirle
y mandarle esta carta con mi mayor secreto de mi corazón. La pura verdad es que
usted no me conoce y me gustaría presentarme de la manera más adecuada, cosa
que va a ser muy difícil. Para mi usted es una mujer muy atractiva y bella, con
muchos rasgos de buen aspecto. Las cosas que me pasan cada vez que la veo es
que me da ganas de besarla todo el día, porque usted es una mujer única y
sensual por su modo de hablar e interactuar con los demás.
Cada mañana me pregunto porque no estoy a lado de
usted, no hay un día que no pare de pensar en su bello y delicado rostro. Lo
que más quiero en el mundo es despertarme todas las mañanas y ver a una hermosa
mujer acostada al lado mío. Mataría por usted, mi bella Anna, hasta la vida
daría. Necesito más dosis de su belleza pero más afectuosa, lo que quiero decir
es que la quiero en este momento aquí a mi lado, no aguanto más, no lo soporto,
esto me está matando, la amo mi dulce Anna.
Si es que algún día obtuviese su corazón lo
conservaría y lo cuidaría mucho más que el mío, lo llevaría al lugar más
escondido de mi corazón para que nadie lo encuentre y me quite de mis manos, la
amo demasiado, Anna, más de lo que usted se pueda imaginar.
Si algún día tengo la oportunidad de presentarme me
encantaría llevarla a la colina San Bernarda donde estaremos bajo las estrellas
besándonos y pasando la mejor noche de nuestras vidas, al menos por mi parte.
Como usted no sabe mi nombre, y nunca lo sabrá
hasta que me presente frente sus ojos, quiero proponerle algo, escríbame Anna,
quiero saber todo sobre su vida, diríjase a la Casilla de Correo 32 que allí
leeré y revisare su carta y la responderé.